Caricatura: unidad de arte y política
La prensa de caricatura hizo su aporte a este movimiento promoviendo el uso del discurso como contraste y oposición, en un lenguaje desenfadado, confrontacional e“independiente”,que le permitía estar activa, tomar partido, defender una tesis ridiculizando al adversario. Sus responsables tenían la certeza de que la imagen permanecería grabada en la memoria, mejor que un discurso.
En un siglo marcado por la politización de la cultura, la caricatura política de la segunda mitad del siglo XIX, se muestra como una de las expresiones emblemáticas de en que arte y política se dan la mano.
En Chile, Antonio Smith, primer caricaturista nacional, junto a Benito Basterrica, dio origen a esta expresión que alcanzó su apogeo hacia fines de la década de 1870 con Luis Fernando Rojas. La revista cómica
Quizás la primera expresión de humor gráfico serio y constante se haya dado en el periódico "El correo literario", donde los dibujantes Antonio Smith y Benito Basterrica tuvieron al Presidente Montt y a su ministro Varas como objetivos permanentes de burla.
Antonio Smith
Tan incómodo estaba el gobierno con la pluma de Smith que decidió "eliminarlo" académicamente a través de una beca que el Ejecutivo le otorgó para que se perfeccionara- ojalá por largo tiempo- en Europa. La Linterna del Diablo Número 1.Viernes 23 de Agosto de 1867
Bajo la presidencia de Pérez, "El charivari" y "La linterna del diablo" forman parte de una nueva generación de prensa satírica ahora más institucionalizada y que se vincula abiertamente con las disputas doctrinarias del momento, especialmente las cuestiones religiosas.
Los primeros medios en incluir caricaturas e ilustraciones de forma permanente fue El Charivari y La Linterna del Diablo, en 1867. A éstos les siguieron varias publicaciones más, entre las que destaca El Padre Cobos
“La Linterna del Diablo” fue redactada por un joven escritor satírico, de nombre
Fanor Velasco. De su periódico, Velasco decía: “La Linterna del diablo, no pretende
otra cosa que vivir alegremente, agrandando o fastidiando a todos los prójimos en
general”.
Desde el primer número mostró interés en trabajar en el género de la satírica
política. Sus críticas fueron despiadadas, sobre todo frente al clero, ministros y
diputados.
Uno de los blancos preferidos de este periódico fue el ex presidente José Joaquín
Pérez, a quien acusaban de vende patria. En la Iglesia, el favorito fue el arzobispo
Rafael Valdivieso.
Su circulación a partir de fines del Siglo XIX se vio facilitada por la llegada de imprentas altamente sofisticadas. El avance tecnológico permitió que durante este tiempo se incluyeran ilustraciones y caricaturas a los periódicos. Esta modalidad o estilo informativo instauró
en la cultura informativa de Chile, el diario de humor político.
Benjamín escritor chino- 14 -06-1868
Los primeros medios en aprovechar el nuevo formato fueron El Charivari y La Linterna del Diablo.
La evolución de la prensa satírica continuó estrechamente vinculada al devenir de los acontecimientos políticos. La introducción de una innovación técnica derivó en una profunda transformación de su formato. Hacia fines de la década de 1860 llegaron a Chile las primeras imprentas que admitían el empleo de moldes con formas distintas al tradicional tabloide, lo que permitió la incorporación de dibujos y caricaturas por medio de la técnica de litografía. A partir de entonces, la sátira dejó de ser un género básicamente literario, dando lugar al predominio de la gráfica, que se mantiene hasta el presente.
Los primeros medios en incluir caricaturas e ilustraciones de forma permanente fue El Charivari y La Linterna del Diablo, en 1867.-Columna! Alinearse en doble fila como los álamos de Chena...¡(aparte)Compañero Carrión, sópleme cuando me equivoque,pues estoy un poco trascordado de la táctica.La Linterna del Diablo .Año 1 Número 4.
Las primeras caricaturas chilenas eran litografías hechas primero a pluma, en las que se daba extraordinaria importancia a la reproducción fiel del cuerpo humano. Son verdaderos grabados, a nivel de temáticas su blanco era el clero y su intromisión en el Estado. Las caricaturas de ElCharivari reflejaban la honda pugna ideológica suscitada entre liberales y radicales.
Inspiración en la literatura picaresca Un individuo contemplando su retrato El Charivari 11-04-1869
El Charivari, su “padrino francés”, había aparecido en París en 1832 bajo la misma pluma y lápiz de Phillipon y Honoré Daumier. 30 años más tarde había alcanzado gran difusión en casi todo Europa. Tuvo parientes en varios países, donde su título y su gráfica fueron utilizados extensamente. Otros periódicos de influencia francesa de los que ya hemos hablado largamente son, Fígaro (1878 y 1890), Diójenes (1884), Gil Blas (1887).
El Padre Cobos, por su parte, parece haberse inspirado en el nombre de varios periódicos publicados en España y México con bastante éxito. El primero se editó en Madrid entre 1854 y 1855, y luego lo encontramos en
México entre 1869 y 1914, que contó con las ilustraciones del más grande caricaturista de ese país José Guadalupe Posadas. Existió en Cartagena, Colombia, un periódico con ese nombre en los años 1908 y 1909.
Rasgos estilísticos
En cuanto a los rasgos estilísticos y temáticos comunes en este espacio, desde los motivos hasta la estética del dibujo existen varios elementos que pueden ser destacados.
Un elemento que ayudó al desarrollo de éstas fue la orientación y el plan de estudios establecido por la Academia de Pintura fundada en 1849 por Cicarelli. Su
El Héroe de mote e meíz pidiendo limosna en Panamá para regresar a Chile- El Charivari 10-11-867
Alejandro Cicarelli-Filoctetes abandonado
(óleo-tela75,0 x 62,o cms)Museo Nacional de Bellas Artes
Director profesaba una verdadera admiración por el arte antiguo y exigía a los alumnos foguearse en los ejercicios académicos con temas de historia y de mitología. Con su meta era formar pintores de historia, capaces de narrar con el pincel temas de la Antigüedad, significó un fuerte impulso al simbolismo alegórico.
Por ello, no es de extrañar que quienes introdujeron esta alegoría al universo visual de nuestra historia fueran dos alumnos de la Academia, los primeros caricaturistas de nuestro país, Antonio Smith y Benito Basterrica, quienes eligieron hacerlo en clave de humor.
Otro tema utilizado para apoyar las parodias y sarcasmos, fue el circo con sus números y pruebas. Los políticos asumen roles de domadores de leones, equilibristas sobre la cuerda floja, en una metáfora a su actividad pública en ambos continentes.
Un cronista millonario- El Padre Cobos 08-02-1883.
Lo mismo sucedió con las escenas y composiciones inspiradas en pasajes bíblicos o el bestiario.
Sin embargo uno de los puntos que nos parece más fascinante es la reproducción casi exacta de caricaturas europeas en territorio chileno. Es el caso de la de “El Correo Literario” y “La Caricature” con diez años de diferencia. Se mantiene el dibujo cambiando sólo la cara de los protagonistas. No sólo se imitaban los motivos y las composiciones, sino que se copiaba literalmente las láminas. Don Domingo Santa María- El Correo Literario 24-07-1864
Antonio Smith nació en Santiago, en 1832 y murió en 1877. De padre escocés y madre de familia de escritores y políticos, desde niño, rechazó el estudio y la lectura de los clásicos, pero demostró talento innato para el dibujo, divirtiendo a los suyos con graciosas caricaturas sobre los textos de estudio que le desagradaban. En 1849, ingresó a la Academia de Pintura, recientemente fundada por Alejandro Ciccarelli. Decepcionado por la enseñanza rígida y sofocante de esta escuela, Smith se transformó en uno de sus más duros detractores, siendo catalogado como el primer rebelde de la pintura chilena. En 1958 fue contratado como caricaturista de “El Correo Literario”, revista literaria y política aparecida durante los agitados tiempos que precedieron a la revolución de 1859 de la cual fue ardiente partidario. Haciendo gala de un fino ingenio y un gran sentido del humor, dirigió ardorosas críticas a los políticos de la época por medio de sus dibujos, transformándose de este modo, en el primer caricaturista chileno. En 1861 partió a Europa, donde continuó sus estudios de pintura. Volvió a Chile en 1863 y abrió su propio estudio de pintura, paralelo a la Academia, que en ese momento dirigía el maestro Ernesto Kirchbach.
Benito Basterrica nació en Santiago en 1835. Desde 1857 se dedicó al dibujo bajo la dirección de Cicarelli. El año siguiente colaboró con los dibujos satíricos en “El Correo Literario” y alcanzó a ilustrar diez números solamente. Las autoridades apresaron al editor y le sacaron 300 pesos de multa por cada uno de los dibujos publicados. Siguió publicando dibujos mordaces en “La Linterna del Diablo” y más. Posteriormente hizo copias de obras célebres y se dedicó al retrato. Muere en 1889.
Luis Fernando Rojas, nació Casablanca al interior de un hogar humilde en 1857. Fue uno de los más importantes cultores de la ilustración y el dibujo para impresos que haya tenido Chile. Nació en e inició sus estudios primarios en una escuela de la zona. Junto a su madre emigró a Santiago e ingresó al Instituto Nacional, donde tuvo clases de dibujo con los profesores Julio Bianchi y Ernersto Kirchbach. Después de tres años, y por sus excepcionales condiciones, ingresó a la Academia de Pintura a los cursos de Cosme San Martín, en julio de 1874. Desarrolló una extensa labor como ilustrador en la prensa chilena en diarios como La Época, El Correo de la Esposición, El Nuevo Ferrocarril, El General Pililo, Padre Padilla y Padre Cobos, El Figaro. “El miedo lo va hacer obrar”, El Padre Padilla, 05/07/1888.
En 1875 abandonó la pintura y se abocó a la ilustración de episodios históricos y costumbristas. El éxito logrado por sus retratos de héroes patrios, motivó a diversos historiadores a buscar su colaboración para las ediciones de sus trabajos. Su talento fue capaz de combinar las virtudes del dibujo, la descripción anecdótica y el trasfondo histórico. Sin embargo, el anonimato en que se mantuvo su vida y obra, se debió al uso de seudónimos y a la ausencia de su firma en parte importante de sus trabajos. Ya en 1911, Enrique Blanchard-Chessi trató de resaltar a este artista chileno y le reclamó un lugar en la memoria de sus compatriotas a través de un artículo donde reseña su trayectoria. Sin embargo, Rojas murió en 1942 sin recibir un real reconocimiento por su trabajo.
Manuel José Oloascaga.Con poco más de veinte años la geografía cordillerana mendocina lo sacudió catastróficamente en marzo de 1861.
El director del Liceo Nacional Chileno, Diego Barros Arana, aprobó el mapa de Chile que ejecutara Olascoaga adoptado para la enseñanza en establecimientos educacionales chilenos y, además, acompañó al general Cornelio Saavedra –con igual nombre que nuestro prócer– en la campaña contra los araucanos del sur chileno. Como medio de subsistencia fundó en Santiago el periódico humorístico ilustrado “La Linterna del Diablo”, en taller propio.
La campaña de “El Ferrocarril” fué secundada por dos periódicos de caricaturas que vivían del escándalo y de la procaz explotación de chismes y pasioncillas. Eran “La Linterna del Diablo” Y “Charivari”. Caricaturas groseras, e insolentes versainas debidas a la pluma de un hijo del doctor Rodríguez Aldea.
Aparece el periódico El correo literario (1858), que se dice político, literario e industrial, redactado por José Antonio Torres y dibujado por Antonio Smith que podría ser considerado como el primer caricaturista chileno. Este periódico cerró sus puertas en 1859 con el
fracaso de la revolución.
La caricatura, del latín caricare, cargar, subrayar, exagerar, recién hizo su aparición como tal en "El Correo Literario" . Dicho periódico se autodefine como político, literario e industrial. Su primer número apareció el 18 de julio de 1858, durante el gobierno de don Manuel Montt. La declaración de principios de periódico señalaba: "El objeto de la caricatura es corregir las costumbres y defectos, es satirizar, poner en ridículo, si requiere, aquello que se manifiesta ridículo, para procurar su corrección". Los dibujantes eran Antonio Smith, el primer caricaturista chileno según la autora Luisa Ulibarri, en su libro "Caricaturas de Ayer y Hoy", y Benito Basterrica, ambos discípulos del conocido pintor Alejandro Cicarelli. Basterrica hizo una caricatura ofensiva en "El Correo Literario" del famoso pintor, aunque ésta también es atribuida a Antonio Smith.
Antonio Smith o más bien Miguel Antonio Smith Irisarri, nacido en 1832, era un muchacho alto, flaco y muy ingenioso, que había dejado la Academia de Pintura por discrepancias con Cicarelli y se hizo militar, siendo enviado a Chillán, lugar en que conoció a su mujer, doña Rosaura Canales de la Cerda. Luego de abandonar el ejército, se unió a la élite intelectual de la época, en un ambiente de pensamiento político liberal, que se oponía al gobierno. En 1858 caricaturizó a cuanto político y personaje celebre se le cruzó, incluido el propio presidente Montt, quien le habría solicitado que terminara con la publicación de "esos monos groseros". Smith dibujaba con lápiz grasa sobre piedra litográfica, lo que le impedía borrar. Tan rudimentario era el estado de la imprenta, que debía dibujar al revés para que la impresión quedara bien. El pintor Pedro Lira, que fue un gran amigo, lo considera un gran dibujante y creador de la caricatura en Chile y señala que era un observador picante y hasta mordaz, pero siempre espiritual.
Con el fracaso de la revolución de 1859, Smith debió huir de Chile, viajó a Europa y regresó años después, convertido en un destacado pintor, considerado como uno de los creadores del paisajismo chileno. Falleció en 1877.
Entre la primera clausura y la reaparición de "El Correo Literario", surge en 1863 un periódico llamado "El Cóndor", dirigido por el periodista Manuel Blanco Cuartín (1822-1890), que presenta un personaje que es un cóndor humanizado, caricatura que opina sobre los acontecimientos del momento y que es el primer personaje caricaturesco chileno. Sólo duró 8 números. Don Manuel Blanco fue director de El Mercurio de Valparaíso por muchos años. La guerra con España dio origen, en Valparaíso, al tercer periódico caricaturesco, "El Corsario", que circuló entre el 27 de marzo y el 26 de mayo de 1866, en seis números. Destaca una célebre caricatura de la Reina Isabel, como monja Patrocinio, junto al Clero y el Ejército, sosteniendo el trono peninsular, lo que habría originado la clausura del peródico.
El 25 de febrero de 1867, surge "El Pueblo", de sesgo satírico y con ocasionales caricaturas. Algunas de sus "víctimas" son don Miguel Luis Amunategui, Diego Barros Arana y don Benjamín Vicuña Mackenna. Desde el 29 de junio de 1867 y hasta el 1 de enero de 1879, circulan 126 números de "El Charivari", imitación de un periódico francés del mismo nombre, equivalente en español a "cencerradas". Era redactado por don Luis Rodríguez Velasco y en él anónimos dibujantes representaban a los políticos y literatos de la época. Con tinte comefraile y antigobiernista "El Charivari" tenía como blanco primordial al clero. El "Charivarri" era un personaje que aparecía en sus páginas y era mezcla de payaso y juglar, destinado a opinar sobre situaciones políticas y religiosas. Entre sus anónimos dibujantes, se menciona a Clodomiro Guzmán como uno de los más conocidos, pese a no estar confirmadas sus colaboraciones.Un fenómeno similar ocurrió con “El Charivari”, editado en 1867, por el mismo
Velasco, que condenaba las ambiciones de los políticos. También fue anticlerical.
“Charivari” es una palabra francesa que designa un ruido discordante, producido con
sartenes, silbidos, gritos, etc. Circularon 126 números, hasta 1869.
Quizás el periódico caricaturesco más conocido de esos años sea "La Linterna del Diablo", que circuló entre el 23 de agosto de 1867 y el 31 de octubre de 1868, con 48 números y luego, en tono más moderado, entre el 14 de noviembre de 1868 y el 2 de octubre de 1869, con otros 48 números. Su última aparición fue a contar de mayo de 1876, con 5 números. Su redactor principal era Fanor Velasco (1848-1907), notable periodista y político, futuro Subsecretario de Relaciones y Culto del Presidente Balmaceda, autor de la obra "Revolución de 1891". Los ataques de "La Linterna del Diablo" se dirigían al clero, el Presidente Pérez, a Benjamín Vicuña Mackenna y, con tono crítico, a la guerra en la Araucanía. En este periódico aparece otro personaje, "El diablito Iluminador", que pretende cumplir un papel moralizador. El dibujante principal era el ya conocido Benito Basterrica, quien además ilustra en "La Campana", "El Mefistófeles", "El Padre Cobos", "José Peluca", "El Padre Padilla", "El Ferrocarrilito" y "Diójenes", donde su creatividad en la caricatura hacia reír, sin por ello olvidar la pintura seria, por la que recibió algunos premios de la Academia. Su cuadro más conocido es "La Zamacueca".
En directa oposición política a los periódicos ya mencionados, se encuentra "La Penca", periódico de filiación conservadora y casi gobiernista, que fustiga a liberales y radicales y que circula entre el 13 de marzo y el 12 de junio de 1868. "El Padre Cobos", fundado el 6 de mayo de 1875 y que circula hasta 1877, fue un periódico satírico, de propaganda anticlerical y democrática, dedicado casi exclusivamente a detener la candidatura de Benjamín Vicuña Mackenna a la presidencia. Luego volvería, entre 1881 y 1886, colaborando para mantener la moral de la tropa en la Guerra del Pacífico.
Luego de la Guerra del Pacífico, se funda "El Padre Padilla", que circuló entre 1884 y 1896, periódico de caricaturas que da importancia a los problemas sociales, a la intervención económica y a las malas prácticas políticas. Juan Rafael Allende Astorga, llamado "El Voltaire Chileno", nació en Santiago el 24 de octubre de 1848 y murió, pobre y olvidado, el 20 de julio de 1909. Juan Rafael Allende Astorga
Estudió en el Instituto Nacional. Fue periodista, poeta culto y popular, novelista, dramaturgo y el principal autor satírico de su tiempo. Su principal obra de teatro es "La República de Jauja", de 1888-89, donde ridiculizaba a la sociedad de la época. Sería, además, él redactor y editor de "Don Cristóbal", periódico independiente de caricaturas, que publica 80 números en 1890. Luego editaría "Pedro Urdemales", entre 1890 y 1891, "Poncio Pilatos", entre 1893 y 1895, "El Jeneral Pililo", entre 1896 y 1902, "El Tinterillo" en 1901 y "El Sacristán" en 1902. Además, se mencionan "El Arzobispo", "Don Mariano", "El sinvergüenza", "El Pedromón" y "La Beata", como de su autoría y contaron con la participación de don Luis Fernando Rojas y Benito Basterrica. El autor, que optó por el gobernante Balmaceda, pese a haber sido inicialmente crítico de su régimen, casi fue fusilado al triunfar la revolución, salvándose sólo por la presión de la colonia extranjera de Valparaíso.
Otro periódico importante fue "El Ferrocarrilito", de 1880 a 1881, un diario de tendencia conservadora, que ataca duramente a los peruanos y bolivianos durante la Guerra del Pacífico. Luego circularía entre 1885 y 1888. Los años 1884 y 1885 son los tiempos de "Diójenes", con 87 números. Entre marzo y agosto de 1891, año de la revolución contra Balmaceda, nace entre sus adictos "El Recluta", con 67 números, y que, al decir de la prensa opositora, no respetaba el honor de la familia ni a las damas. Sus caricaturas son anónimas, dibujo a lápiz y plumilla, con largas lecturas. Se dice que lo dirigió Juan Rafael Allende. Entre 1893 y 1902, aparecen "El Culebrón", cuyas caricaturas atacan a Isidoro Errázuriz.
Con "El Diablito", "El Diablo Fuerte" y otras publicaciones como "El Alfiler" y "El Fígaro", según la autora Luisa Ulibarri, a quien hemos seguido en esta parte, se cierra la etapa de la caricatura inserta en un periodismo rudimentario. A esta lista debemos agregar un periódico satírico llamado "Don Quijote", con un dibujante que firmaba "Demócrito", y que es citado por Coke en su libro "Yo soy Tú", a raíz de una caricatura política. Otra omisión en el citado libro de Luisa Ulibarri es la falta de referencia a Don Luis Fernando Rojas Chaparro, que fue él más conocido ilustrador de fines de siglo XIX, dominando la técnica del lápiz litográfico. Nacido en 1857, en Casablanca, su labor resulta destacable, ya que dibujó la vida pública chilena desde 1875 hasta, al menos, 1920. Rojas era de familia humilde, pero su facilidad para dibujar le abrió las puertas del Instituto Nacional y, luego, las de la Academia de Bellas Artes, en 1874, donde fue alumno del Director, el pintor don Juan Mochi. A causa de diferencias con éste, términó su carrera de pintor clásico y se lanzó a dibujar retratos para sostener a su madre.
En el año 1875, Chaparro ilustra "El Correo de la Exposición", que presentaba el cuerpo diplomático en honor a la Exposición Universal de dicho año, transformándose en el primer litógrafo chileno, ya que antes este tipo de trabajo sólo era realizado por extranjeros. Gracias a sus dibujos, se conoció en su momento a los protagonistas de la Guerra del Pacífico, en los dos tomos de "Homenaje al Ejército y la Armada", de 1883 y 1885, ilustró, además, las páginas del "Álbum de las Glorias de Chile", de Benjamín Vicuña Mackenna, y la "Historia de Chile", de Diego Barros Arana. Además de retratar a los participantes de la Revolución del 91, fue dibujante de "La Lira Chilena", donde entre versos y grabados se comentaba la actualidad. Trabajó también en "El Taller Ilustrado", la primera publicación chilena dedicada a los estudios de arte. El artista colaboró en diarios como "El Padre Cobos", "El Padre Padilla" y los otros diarios de Juan Rafael Allende, de quien fue entusiasta colaborador en su lucha contra la pequeñez de los hombres. Fueron la "dupla fecunda y temible, que a partir de "El Padre Cobos", disparó incansable desde las trincheras de una cerrada oposición contra la oligarquía y la Iglesia chilena"-
Luis Fernando Rojas fue, además, el propietario, junto a Ricardo Fernández y luego Julio Vicuña, de "La Revista Cómica", periódico semanal ilustrado y literario, de 4 páginas. Rojas hacía las portadas y dibujaba dos páginas de viñetas de humor, incluido el humor negro y la caricatura política. La revista circuló desde el 4 de agosto 1895, fecha que (con la indicación de sólo el año) don Manuel Alcides Jofré, en su libro "Publicaciones infantiles y revistas de historietas en Chile: 1895-1973", cifra el punto inicial de la historia de la historieta en Chile. La revista fue continuada en 1915 por "La Lira Ilustrada", donde Rojas continuó dibujando. En 1905, entre junio y agosto, Rojas publica "El hermano Jacinto", periódico de caricaturas. Ya a comienzos del siglo XX, en 1911, fue reconocido por don Enrique Blanchard-Chessi, director de "El Peneca", donde Rojas colaboraba, como uno de los grandes artistas chilenos. Coke lo menciona como el decano de los caricaturistas chilenos, señalando que con el seudónimo "Marius" trabajó, además de en "El Peneca", en las revistas "Zig-Zag" y "Sucesos". En sus últimos años realizó cuadros patrióticos, ilustraciones por encargo y publicidad. Periodistas de la talla de Joaquín Edwards Bello, lo llaman "precursor de ilustradores, caricaturistas y reporteros gráficos" y piden una pensión de gracia para él. Rojas muere en 1942, sin el merecido reconocimiento. En septiembre de 1986, el Museo Histórico Nacional exhibió una muestra de su obra en la Plaza de Armas de Santiago, revitalizando su olvidada figura.
Vicente Grez,Nacido en Santiago en 1847, realizó sus estudios de humanidades en el Instituto Nacional, después de algunos cursos elementales en el Colegio San Luis. Ingresó luego a estudiar leyes, pero su temprana vocación literaria le hizo abandonar la carrera, comenzando en 1868 su labor periodística para El Charivari, publicación satírica de actualidad política en la que oficiaba de editor responsable. Además, colaboró bajo diversos seudónimos en diversas publicaciones como La Linterna del Diablo, con cáusticas sátiras en verso dedicadas a diversos personajes públicos.
Estas primeras actividades como periodista signaron el resto de su vida, contándose varios trabajos como redactor y editor de diversos medios de prensa, como La Revista de Santiago, El Heraldo, El Nuevo Ferrocarril, La Época, entre otras.
Fue también crítico de arte, llegando a fundar la Revista de Bellas Artes (1889-1890) y participar como secretario de la comisión organizadora de Chile la presentación de Exposición Universal de París de 1889, ocasión en que escribió el libro Les beaux arts au Chili. Su obra culminó con su particular visión de la época y de su territorio nortino en Viaje de destierro (1893).Vicente Grez murió el 1 de junio de 1909.
A medio camino entre la gran prensa ‘seria’ de la élite aristocrático-burguesa y las formas de la cultura cómica popular se ubicó la producción periodística y humorística de Juan Rafael Allende (1848-1909). Se podría decir que esta importante figura literaria del siglo XIX conoció los dos códigos. La originalidad de Allende fue introducir una prensa satírica que, usando los grabados y la poesía, pudo acercarse y, en oportunidades, representar, sin grandes dificultades la cultura cómica popular oral y gestual de Chile. Con todo, el mejor legado de la obra de Juan Rafael Allende está determinado por su reconocido contenido libertario. En el mejor de los sentidos recogió tanto la comicidad libertaria de la cultura popular como los contenidos emancipatorios del pensamiento republicano. Desde allí terminó siendo un formidable crítico del orden aristocrático-burgués que reprimió tanto a la plebe como a las mismas tendencias revolucionarias y progresistas del pensamiento moderno.
Otro gran rasgo que lo caracterizó fue su cercanía con la vida del pueblo. En un país donde el Estado Portaliano generó una distancia infranqueable ante los “rotos”, sólo comprendidos como un oportunista “peso de la noche”, Juan Rafael Allende vio en ellos a seres en carne y hueso, con sus penas y sus alegrías, con su palpable humanidad, con defectos y virtudes. Para Allende
resultaba claro que la riqueza de la burguesía corría parejas con la miseria la impotencia y el hambre del pueblo. Su gran denuncia fue mostrar que a fines del siglo XIX los principales hombres públicos habían claudicado con la plutocracia.
En mayo de 1875, Juan Rafael Allende junto a Buenaventura Morán dieron a luz el periódico humorístico y de caricaturas El padre Cobos. El nombre de este primer diario de Allende y compañía evocaba al de un semanario satírico editado en Madrid dos décadas antes. En Chile la prensa satírica con caricaturas se cultivaba desde hace poco menos de veinte años y gozaba de
gran popularidad. Por eso no debe extrañar la amplia circulación que alcanzó El Padre Cobos, periódico que exhibió una tendencia liberal que ensalzaba el patriotismo y poseía un marcado sello anticlerical.
Desde las páginas del El padre Cobos y El padre Padilla (fundado en agosto de1884) lanzó una y otra vez encendidos versos y artículos contra el clero y los políticos conservadores que lo sustentaban. El estilo jocoso de Allende y las cuidadas caricaturas de los dibujantes Luis Fernando Rojas y Benito Basterrica,transformaron rápidamente a estos periódicos en favoritos del público.
A pesar de sentirse identificado con las ideas liberales, Allende no vaciló en criticar a los gobiernos de Santa María y Balmaceda, tildados de intervencionistas y oligárquicos. De esta forma su pluma denunció la miserable situación en que se encontraba el pueblo –el mismo pueblo que había conocido de cerca durante su infancia en La Chimba- y se transformó en instrumento privilegiado de la crítica social.
La Guerra de la Independencia suspendió temporalmente la guerrilla satírica, que reapareció en gloria y majestad junto con la lucha por la organización política del Estado. Entre los medios más destacados de este período figuran El Verdadero Liberal, afín a los sectores conservadores; El Pipiolo, firme defensor del gobierno de Francisco Antonio Pinto; El Hambriento, representante del bando estanquero y enemigo irreductible de pipiolos y federalistas; y El Canalla, temible e ingenioso adversario de pelucones, estanqueros y o'higginistas.
La crisis política vivida durante el gobierno de José Manuel Balmaceda, multiplicó la guerrilla satírica entre opositores y defensores de su gobierno. Luego del trágico desenlace de ese conflicto, Juan Rafael Allende, un antiguo detractor de Balmaceda, publicó El Padre Padilla, un mordaz periódico dedicado a denunciar los vicios de la oligarquía triunfante en 1891 y la vinculación entre la clase política y los intereses económicos extranjeros.
La Guerra de la Independencia suspendió temporalmente la guerrilla satírica, que reapareció en gloria y majestad junto con la lucha por la organización política del Estado. Entre los medios más destacados de este período figuran El Verdadero Liberal, afín a los sectores conservadores; El Pipiolo, firme defensor del gobierno de Francisco Antonio Pinto; El Hambriento, representante del bando estanquero y enemigo irreductible de pipiolos y federalistas; y El Canalla, temible e ingenioso adversario de pelucones, estanqueros y o'higginistas.
La represión a los enemigos políticos que siguió al triunfo conservador en la batalla de Lircay, en 1831, volvió a silenciar la prensa satírica. Recién reapareció tímidamente a fines de esa década, como una forma de los partidarios del régimen autoritario para desprestigiar a sus adversarios y de éstos, para criticar al gobierno y ridiculizar a sus principales sostenedores: la iglesia y la aristocracia terrateniente.
A éstos les siguieron varias publicaciones más, entre las que destaca El Padre Cobos, semanario de larga vida a través del cual ingeniosos guionistas y talentosos ilustradores atacaron sin piedad al autoritarismo presidencial, la influencia de la iglesia y a la elite económica que extendía su influencia sobre la actividad política.
La crisis política vivida durante el gobierno de José Manuel Balmaceda, multiplicó la guerrilla satírica entre opositores y defensores de su gobierno. Luego del trágico desenlace de ese conflicto,
Ai , que Bueno - El Padre Padilla 07-02-1885
Juan Rafael Allende, un antiguo detractor de Balmaceda, publicó El Padre Padilla, un mordaz periódico dedicado a denunciar los vicios de la oligarquía triunfante en 1891 y la vinculación entre la clase política y los intereses económicos extranjeros.
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